¡Qué bonito es tener cerca a alguien como tú, que sabe tejer no solo con hilos, sino también con cariño! Siempre me ha parecido admirable lo que haces: esa mezcla de arte, paciencia y dedicación. Tus tejidos son más que objetos; son regalos con alma. Cada uno lleva tu energía, tu tiempo, tus pensamientos. Y eso es algo que no tiene precio. Me encanta ver cómo tus manos se mueven con ritmo, como si bailaran sobre la lana. Y me encanta aún más saber que eso que creas con tanto amor llegará a alguien para darle calor, estilo o alegría. Ojalá nunca dejes de hacerlo. Porque el mundo necesita más personas que sepan tejer… con manos, pero también con el corazón